Friday, March 18, 2022

RESPUESTA A UN AMIGO URIBISTA: VOY POR PETRO, ¿CUÁL ES EL MIEDO?


("La opinión es como el ombligo: todos tienen una, y no es que sirva de mucho" Proverbio popular)


Sí, tengo amigos uribistas, es difícil, lo sé, pero de eso se trata la convivencia pacífica si queremos tener un país diverso y próspero. 

Cuando era niño me hice amigo de J., un vecino de mi casa paterna y por años cultivamos una amistad que tuvo momentos de competir con otros por el puesto de "mejor": Hubo hartísima superficialidad en nuestros temas, pero también nos guardamos secretos, fuimos cómplices para engañar mujeres o facilitar la intimidad con nuestras amigas, confié en él en los tragos y viceversa (nada más liberador que deshinibirse en la borrachera sin temores de quedarse dormido y amanecer tranquilo, sabiendo que habría una mano amiga dispuesta a cuidar de la integridad de uno) Tuve la fortuna de tener al menos un puñado de amigos así, pero con el paso del tiempo, las diferencias que claramente nos distancian a los adultos, a veces se hacen insalvables antes de alcanzar la madurez.

Los años 90 fue una época muy distinta para los jóvenes de lo que es ahora, no solo por la disponibilidad de información que en las cantiddes de hoy podría intoxicar el alma, sino por la actitud frente a la vida, más libre, si consideramos que nuestros papás se esforzában principalmente por ser proveedores en contraste con los que en estos días asumen su rol con actiudes controladoras o sobre protectoras

En el año 92 conocí a M., otro amigo con quien me reencontré 30 años después, y pese a que solo coincidimos por el tiempo en que cursamos el mismo grado, puedo reconocer que fue la mayor influencia intelectual en toda mi vida: Su abuelo tenía una biblioteca dos o tres veces más grande que la de mi papá, y eso ya es mucho decir. Era periodista y se enorgullecía de mantener correspondencia con altos dirigentes en el Perú, Ecuador, Chile y Venezuela. Un día, mi amigo me mostró un libro "prohibido" y luego otro, el primero era "El Informe Leuchter", y el segundo un manifiesto del Partido Comunista. Después otro que hablaba de la tercera guerra mundial, con un argumento parecido al de la película "Terminator", pero que afirmaba contar la historia verdadera. Por primera vez tenía con quién hablar sobre temas de gran profunidad y divagar con teorías de conspiración para arreglar el mundo, descubrir las grandes injusticias sociales presentes en nuestra realidad local, reflejadas macrocósmicamente en los países de altas y bajas categorías, detectar servilismo y pusilanimidad en nuestros dirigentes y debilidad (o tal vez falsedad) en nuestro sistema político mientras al tiempo nos entregábamos a la esperanza de la nueva Constitución que nacía al cierre de un periodo que favorecía los privilegios a costa de las libertades.       

Mi alta sensibilidad a la desgracia ajena, exacerbada por un gran sentido de la bondad que entonces creía común a todas las personas, me llevó a reaccionar contra lo que atisbé como la prueba del Imperialismo y a tomar partido por la oposición, como única posibilidad de equilibrar la balaza a favor de la paz, aunque implicara la amenaza constante de dos superpoderes militares, y me fasciné con la URSS mientras caía la Cortina de Hierro. Leí La Gaya Ciencia de Nietzche y parcialmente otros tres libros que tenía mi papá del mismo filósofo (me deprimí hasta que tomé conciencia del Pesimismo como forma de pensamiento), conocí a Lenin, Trostsky, Marx, Camilo Torres, se me hicieron imperdibles Lecturas Dominicales del El Tiempo y por supuesto Quino. 

Para cuando estábamos terminando el bachillerato, J., ese gran amigo, ya mostraba resistencia a los temas que me interesaban y a veces ofrecía propuestas violentas contra quienes aparecían en las noticias como "delincuentes comunistas". Como mi conciencia estaba aún adormilada, asumía que esa posición solo era retórica, propia de nuestra edad o impensada, apenas acomodada a la versión descrita por los adultos, casi todos víctimas de la violencia liberal y conservadora 40 años atrás. 

Un día, a los pocos semestres de la Universidad, cuando la ideación política era más importante ante nuestra opción democrática de ejercer el sufragio, J. me contó cómo su abuelo durante el bogotazo se apostó en el techo de un edificio del Centro de Bogotá y le disparaba a todo aquél que vestía alguna prenda roja, una corbata, por ejemplo. Recuerdo su emoción al narrar el relato e imaginarse él mismo disparándole a los transeúntes, haciendo ademanes del retroceso del arma en la mano y el orgullo en su rostro por su abuelo en su papel de héroe. No dije nada, pero nuestra amistad se fue diluyendo de a poco y rápidamente; no he vuelto a hablar con él por más de 20 años y estoy bien así. 

Cuento esto porque hay una facción en el pensamiento político situado junto a Uribe que se identifica con J., sin duda fascista. Hay también una pequeña parte de simpatizantes que quieren el bienestar de los colombianos, pero prefieren procedimientos y medios de acción con los que no compagino pero que no parecen tan radicales, y especialmente se me antojan buenas personas y muchas veces razonables. En este minúsculo grupo hay gente que aprecio, otros que respeto y dos o tres en quienes confío. Espero de todos ellos el mismo respeto y ojalá algún día, la práctica extrema de la libertad y la igualdad, conciliadas por la fraternidad y la tolerancia.     

G. es uno de ellos, y me envió un mensaje a mi teléfono con un discurso de un tal Alberto Lineros (¿?) titulado "La doble moral", en la que expone el panorama de un país con sus instituciones al borde del colapso y el mal augurio de una grave crisis política, económica y humanitaria debido a la participación en los procesos electorales por parte de antiguos miebros de la extinta FARC y del M-19, en clara alusión al candidato Petro a la presidencia de la República. La última frase de su "reflexión" es un lamento: "[...] ¿Qué hemos hecho mal? ¿cuándo perdimos los principios y valores, que ni siquiera nos inmuta, saber qué valores morales y cristianos promueven estás personas? ¡Que dolor de patria!"

Amigo, tú y todos quienes en este momento coyuntural creen en esa mal llamada "hecatombe", deben saber que desde niño soy sensible a las injusticias sociales y reacio al abuso de cualquier tipo de poder, fácilmente incómodo con la crítica destructiva. 

Yo apoyo los Acuerdos de paz y me gusta la posición que ocupan de las FARC en el escenario político colombiano; además lamento profundamente el exterminio de los firmantes de paz y de líderes sociales.

Para mí Santos ha sido uno de los mejores presidentes en la historia de este país, aunque sólo hubiera hecho eso. Duque, por su parte, pasará a la anales como un inepto. No me cabe duda alguna de que Uribe es paraco, megalómano, corrupto, manipulador, narcotraficante... quiero verlo afrontando un verdadero juicio mientras aun tenga fuerzas para defendeserse y comprender lo gravoso de sus actos, incluso si no lo condenan. No entiendo cuál es el miedo a la diferencia, si esa es la esencia de la democracia. Y qué pasa con los exguerrilleros del Centro Democrático? Ellos sí son valiosos porque son uribistas? Quieren volver a votar emberracados? Con miedo? Adoloridos? Si no les gusta Camilo Romero, Francia Marquez, Gustavo Petro, Roy Barreras, Augusto Ocampo, Benedetti y muchísimos más, pues voten por otros, pero dejen ejercer la democracia como es, sin fraude, a ver qué sucede. Hay quien tienen ideas y hay quienes atacan a la persona que las dice, porque hay pocas ideas en el continuismo. La corrupción es distinta de las ideas, eso otro cuento diferente: hay en ambos lados, pero confío en que del lado del Pacto Histórico los agarren y se haga justicia, solo que no es posible si esa pretensión tiene como premisa el cuentazo del “Castrochavismo”

El proceso de paz con el M-19 dio lugar a una gran Constitución, a la construcción de un Nuevo Estado y unas Instituciones que hay que mantener y fortalecer. Petro no es ni representa una amenaza contra estas instituciones, no es Maduro, no es comunista, al contrario: busca proteger la Constitución que ayudó a confeccionar y darle vida.


...

Esquirlas: En las últimas semanas el país está estudiando y discutiendo sobre Regímenes Pensionales, Sistema de Salud, Transporte y vías férreas, Desarrollo Sostenible, Derecho al Agua, gracias a las propuestas de Petro. ¿Dónde están las ideas de los otros candidatos? 

 

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